¿Y si no me lavo los dientes?
Difícil de creer, pero los números basados en algo que se llama el Índice Oral Simplificado (IHOS) que se aplica a unos 126 mil casos anuales en México, detalla que menos del 40% de la población mexicana se cepilla los dientes de manera regular. No es fácil encontrar más datos en México, pero si nos basamos en la última Encuesta de Salud Oral en España del 2015, podríamos decir que aproximadamente un 12% de la población no se cepilla los dientes a diario y quizá, como en España, unos 3 millones de compatriotas no se lavan la boca nunca.
Nada bueno puede pasar cuando te dejas de cepillar los dientes, al menos 2 veces al día, incluyendo el uso del hilo dental en una de las dos ocasiones.
Es muy probable que al cortar con el cepillado, se desarrollen caries y/o enfermedades en las encías, ambas dolorosas y que pueden provocar la caída de los dientes.
Cuando las bacterias no son cepilladas de los dientes, éstas pueden provocar que el sistema inmune sea forzado, causando problemas incluso en otras partes del cuerpo. Las bacterias debajo de las encías pueden acceder al corriente sanguíneo y puede ser peligroso.
La boca sucia se asocia con enfermedades como la neumonía, con ataques al corazón e incluso con el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, una bacteria resistente a diversos medicamentos, incluyendo la penicilina, que puede infectar el torrente sanguíneo.
Cada boca es diferente y si alguien decide no lavarse los dientes, puede desarrollar caries, sin tener problemas en las encías y viceversa e incluso, aquellos que lleven dietas sanas, pueden pasar un año sin lavarse la boca y no desarrollar ningún tipo de enfermedad.
De lo que nadie se va a escapar si decide no lavarse los dientes, es de la placa que los irá cubriendo rápidamente.
Partículas de la comida se van incrustando alrededor de la boca, por lo que el sabor del pescado al mojo de ajo del domingo aún sabrá el miércoles, cuando desayunes hotcakes.
Y el aliento… ese sí será un problema. Máxime que aquellas personas que sufren de halitosis, por lo general, no se dan cuenta. ¿La razón? No existe una comprobada, pero la más común explica que estamos acostumbrados a nuestros olores corporales y no los notamos.
Dato curioso: Según un estudio de Nir Sterer y Mel Rosenberg sobre cómo percibimos nuestro mal aliento, 80% de los pacientes estudiados pensaban que tenían mal aliento, cuando en realidad sólo el 24% de ellos en realidad lo padecía.
Lo mejor, es seguir los consejos de los expertos y cepillarse de manera continua. Por si decide no cepillarse y sólo para que lo sepa, aquí están los grados de severidad del mal aliento utilizado por los examinadores del mal aliento:
0 – ausencia de olor.
1 – Aliento natural. Hay un olor en el aliento, sin embargo, no puede ser considerado mal aliento.
2- Halitosis leve o de la intimidad. Un leve olor (mal aliento) es percibido al soplar o expirar a una distancia de 30 cms.
3 - Halitosis moderada. El olor es percibido al hablar, a una distancia de 30 cm;
4 – Halitosis fuerte o social. El olor es percibido al hablar, a una distancia por encima de 1 metro.
5 – Halitosis severa. Además del olor ser fácilmente percibido en todo el ambiente, este es muy difícil de ser tolerado por las personas alrededor.
¿Cuál será la halitosis que le corresponde?