¡Prohibido hervirlas vivas!

Cuando se trata de cocinar langostas frescas, los suizos ahora dicen: “Comprendo tu dolor”.

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Una Ley que entrará en vigor este primero de marzo del 2018, prohibe hervir a las langostas vivas para que mueran momentos después mientras se cocinan. Esta práctica se ha prohibido porque los suizos dicen que es cruel y las langostas experimentan el dolor.

Es la primera legislación nacional en el mundo, que obliga a utilizar prácticas “más humanas” para matarlas, “dejándolas inconscientes” antes de meterlas al agua hirviendo.

La misma Ley ofrece dos métodos: electrocutándolas o dejándolas inconscientes después de hundirlas en agua salada y acuchillándolas en la cabeza. 

Si se te muere la langosta antes de hervirla, separa inmediatamente la cola y las tenazas del tórax.

Una explicación de por qué se acostumbra hervirlas vivas es que los crustáceos como la langosta empiezan a deteriorarse inmediatamente después de muertos, aun antes que los camarones. El hervirlas vivas garantiza que al momento de morir, ya se están empezando a cocinar, garantizando así, el comerlas de manera óptima. El consejo de los expertos es que si se te muere la langosta antes de meterla al agua hirviendo, debes separar inmediatamente la cola y las tenazas del tórax, ya que las branquias y demás tripas es lo primero que se echa a perder.

Venderlas vivas es parte de una tradición/ritual que garantiza frescura al comprador.

El científico encargado de hacer los estudios afirma que no existe la seguridad, una prueba al 100%, de que la langosta experimente dolor mientras hierve. Robert Elwood, profesor emérito y experto en comportamiento animal de la Universidad Queens en Belfast opina que se les debería matar de una forma “más humanitaria”.

Por otra parte, el profesor Joseph Ayers, de la Universidad Northeastern en Boston declara que el crear una Ley así es producto de una bola de personas que pretenden "antropomorfizar" a las langostas. “Es curioso que algunas personas le adjudiquen respuestas humanas a animales, cuando ni siquiera tienen el hardware para generar reacciones”.

Explica que las langostas carecen de una estructura cerebral para lograr sentir dolor. "La langosta, al igual que otros crustáceos, suelen ser devorados de un sólo bocado, por lo que nunca desarrollaron la habilidad o el sentido del dolor para recibir un aviso cuando están en agua hirviendo o cuando son electrocutadas. 

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"Supongo que hacerlo es tan doloroso para la langosta como lo es para el ser humano pasar por la guillotina".

Por su parte, el neurofisiólogo Kinno Sainio de la Universidad de Helsinki explica que las proteínas comienzan a coagularse a los 40 grados Celsius y una vez coaguladas, se termina la actividad nerviosa. "Si la langosta es introducida en agua hirviendo sólo toma un par de segundos para que se coagulen las proteínas. Supongo que hacerlo es tan doloroso para la langosta como lo es para el ser humano pasar por la guillotina". 

Michael Tlustym, de la Universidad de Massachusetts en Boston, está a la mitad entre los dos científicos anteriores. Acepta que la langosta no tiene la estructura cerebral que produce el aviso de dolor, pero también acepta que el cerebro de las langostas es diferente al nuestro y nadie puede asegurar si sienten o no dolor.

Explica que cuando la tenaza de una langosta está siendo atacada, “arrancará la tenaza de su cuerpo para poder huir. Si un humano hace eso, inmediatamente después hacemos una película”. (Por la película 127 horas).

El defensor Dr. Elwood explica que la evidencia demuestra que los crustáceos protegen sus heridas y evitan las áreas donde han recibido electroshocks y está convencido de que ese comportamiento se puede relacionar directamente con el dolor que experimentan. 

Siendo la langosta el único animal que en la actualidad se mata directamente en la cocina, explica que como seres humanos, debemos enfrentar una decisión de tipo ético. “Hervir una langosta viva le provoca la muerte después de un minuto, tiempo suficiente para experimentar dolor, mientras que cortar la cabeza termina con su vida de forma instantánea". 

Incluso recomienda un aparato comercial llamado Crustastun, que libera una descarga eléctrica, prometiendo matar al espécimen inmediatamente. El gobierno suizo recomienda electrocutar a la langosta de esa manera, aunque el aparato cuesta US$3,500, alrededor de 55 mil pesos. 

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La discusión continúa, pero la Ley ya existe en Suiza y es la misma que extiende a otros animales nuevos tipos de protección, como la prohibición de castigar a un perro por ladrar o el que si un ser humano tiene como mascota a un sólo gato, tiene la obligación de facilitar que su mascota vea, al menos una vez al día, a otro felino. Algo similar aplica para los hámsters y las cobayas o conejillo de indias, a los que la ley protege de la soledad, obligando al dueño, a tener por lo menos dos de ellos juntos en cautiverio.

Hay que recordar que Suiza es un país “landlocked”, es decir, no tiene salida al mar, está rodeado de tierra. 

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Este detalle complica las relaciones internacionales, porque el 100% de las langostas que se comen en Suiza deben ser importadas. Así que tuvieron que complementar la Ley. Las langostas tienen que ser transportadas a su destino final en Suiza, en su hábitat natural -agua de mar- y no en hielo.

Antoine Goetschel, abogado fundador de la Asociación Legal Animal en Zurich, admite que Suiza es el país más avanzando en este tipo de legislaciones en el mundo.

En el 2010, Goetschel representó a un lucio de 9 kilos que en palabras de su abogado defensor, sufrió al pelear para zafarse de la caña de pescar por 10 minutos, antes de que lograran sacarlo del Lago Zurich.

El pescador fue exonerado, pero Goetschel promovió así un referéndum nacional para garantizar a los animales el derecho constitucional a ser representados por abogados en la Corte. Por cierto, la propuesta fue negada por el 70% de los votantes.

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En Inglaterra más de 33 mil 900 personas han firmado una petición solicitando al Gobierno que incluya la forma de muerte de los crustáceos en el Acta del Bienestar Animal del 2006.

El mismo gobierno Inglés publicó una iniciativa en la que reconoce que los animales son seres que sienten, incluyendo a los animales salvajes. 

El vocero del Departamento de Asuntos Alimenticios del Medio Ambiente y Rurales declaró que el “Gobierno inglés está considerando” el tema de los crustáceos. 

“Estamos comprometidos con los niveles más altos de bienestar animal y como el Primer Ministro lo ha declarado, el Reino Unido se convertirá en el líder mundial del cuidado y protección de los animales, después de separarnos de la Comunidad Económica Europea”.